GRADO
PRIMERO
VALORES
EDUCATIVOS
La educación en valores es la manifestación de un sentimiento y una expresión de valores asumidos como positivos por la comunidad, por ello, es importante desarrollar actitudes como las que aparece en cada una de las hojas de este árbol, y el mejor lugar para llevarlo a cabo es a través de la familia y la escuela.
Otro
valor educativo es:
Tomás Tarambana y su tambor
Valor Educativo:
Consideración
El respeto y la
consideración a los demás son fundamentales para vivir en grupo, porque siempre
habrá algo que nos moleste a todos.
Tomás Tarambana era un niño de plastilina naranja y
azul que vivía en un colegio. Aunque tenía muchas cosas buenas, había empezado
a perder un poco el respeto a los demás, y cuando su tía Ágata, una gran bola
de plastilina de colores, le regaló un tambor por su cumpleaños, aquello fue
terrible. Daba igual cuánto le pidieran todos que tocara más bajo, o que fuera
a hacerlo a otro lugar: Tomás se paseaba por toda el aula aporreando el tambor,
sin que las molestias que causaba a los demás le importasen ni un pimiento. Así
que el resto de figuritas del aula dejaron de querer jugar con Tomás, y
sufrieron mucho con su ruidoso tambor hasta que Coco Sapio, un muñeco listísimo
hecho con construcciones, inventó unos tapones especiales para los oídos que
dejaban oír los ruidos normales, pero evitaban los más molestos.
Tomás, al ver que los demás ya no le hacían caso, y que ni siquiera se
molestaban, se enfadó mucho con Coco Sapio, y tras una gran pelea, el inventor
terminó cayendo al suelo desde lo alto de una mesa, rompiéndose en sus mil
piezas. Aunque fue un accidente, todos se enfadaron tanto con Tomás, que ya
nadie quiso volver a saber nada de él, aunque a él tampoco le importó mucho.
Y todo habría quedado así si no fuera porque a los pocos días, colocaron en la clase en precioso reloj de cuco, justo al lado de la estantería que dormía Tomás. El cuco sonaba constantemente, "tic, tac, tic, tac", y para colmo cada hora salía a hacer "cucú, cucú", así que Tomás no podía descansar ni un poquito, pero los demás, con sus tapones especiales, estaban tan tranquilos.
Entonces Tomás empezó a darse cuenta de lo muchísimo que había molestado a todos con su tambor, y de la tontería que había hecho peleándose con Coco Sapio, que sería el único que podría ayudarle ahora. Y decidido a cambiar la situación, y a que todos vieran que iba a convertirse en el niño más bueno y respetuoso, dedicó todo el tiempo a ir reuniendo las piezas de Coco Sapio para reconstruirlo en secreto. Le llevó muchísimos días y noches, hasta que terminó justo cuando ya casi no podía más, de tan poco que dormía por culpa del reloj de cuco. Y cuando Coco Sapio estuvo construido y volvió a tomar vida, todos se llevaron una estupenda sorpresa y felicitaron mucho a Tomás por su trabajo, que pidió perdón a todos por su falta de cuidado y por no haber tenido en cuenta lo mucho que les molestaba. Así que aunque Coco Sapio estaba algo enfadado con Tomás Tarambana, le convencieron para que inventara unos tapones para él, y a partir de aquel día, pudo por fin Tomás Tarambana descansar un poco, y nunca más dejó que nadie volviera a ser tan desconsiderado como lo había sido él mismo.
Y todo habría quedado así si no fuera porque a los pocos días, colocaron en la clase en precioso reloj de cuco, justo al lado de la estantería que dormía Tomás. El cuco sonaba constantemente, "tic, tac, tic, tac", y para colmo cada hora salía a hacer "cucú, cucú", así que Tomás no podía descansar ni un poquito, pero los demás, con sus tapones especiales, estaban tan tranquilos.
Entonces Tomás empezó a darse cuenta de lo muchísimo que había molestado a todos con su tambor, y de la tontería que había hecho peleándose con Coco Sapio, que sería el único que podría ayudarle ahora. Y decidido a cambiar la situación, y a que todos vieran que iba a convertirse en el niño más bueno y respetuoso, dedicó todo el tiempo a ir reuniendo las piezas de Coco Sapio para reconstruirlo en secreto. Le llevó muchísimos días y noches, hasta que terminó justo cuando ya casi no podía más, de tan poco que dormía por culpa del reloj de cuco. Y cuando Coco Sapio estuvo construido y volvió a tomar vida, todos se llevaron una estupenda sorpresa y felicitaron mucho a Tomás por su trabajo, que pidió perdón a todos por su falta de cuidado y por no haber tenido en cuenta lo mucho que les molestaba. Así que aunque Coco Sapio estaba algo enfadado con Tomás Tarambana, le convencieron para que inventara unos tapones para él, y a partir de aquel día, pudo por fin Tomás Tarambana descansar un poco, y nunca más dejó que nadie volviera a ser tan desconsiderado como lo había sido él mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario